Parte I: En la carretera
Teitur lleva seis semanas viajando por Norteamérica, y aún le quedan dos más. Sin embargo, ha encontrado tiempo para hablar con nosotros en detalle sobre su música, los viajes, la calidad del sonido y un «día perfecto»:

Lou Reed escribió una vez una canción titulada Perfect Day (Día perfecto) sobre una pareja que no hace nada especial, solo es feliz por haberlo pasado juntos. ¿Qué es para ti un día perfecto?

«Creo que Lou Reed estaba en lo cierto. Personalmente, no estoy tan seguro de que pretendiera ser irónico cuando lo escribió, aunque todo el mundo lo piensa, por su forma de decirlo. Suele ser el día inesperado el que permanece más tiempo. Cuando hay sangría en el parque y ese tipo de cosas. O cuando estás con alguien especial para ti. Ir a dar de comer a los animales del zoo puede ser justo lo que te ha recetado el médico. Por un momento podría quizás dar un sentido perfecto al complejo mundo en que vivimos», explica Teitur y continúa hablando de su propio día perfecto:

«Hace poco tuve un día perfecto en Chicago. Por la tarde, asistí a un concierto de música contemporánea aderezado con maravillosa música de Aaron Copland y por la noche fui a escuchar al bluesman Kelly Joe Phelps en un estudio de grabación. Por el camino, un taxista llamado Muhammad Ali me puso al corriente de la situación política de Somalia como lo haría un periodista de talento».

Vida en la carretera
Como ya se ha dicho, la vida de Teitur actualmente implica viajar mucho. En las últimas seis semanas ha estado tocando en 24 ciudades norteamericanas distintas. ¿Y cómo pasa sus días perfectos cuando viaja?

«Estoy trabajando en una canción de 30 minutos para el Netherland Wind Ensemble, así que dedico mucho tiempo y energía a eso, y también estoy escribiendo canciones para mi próximo disco. Es bueno tener cosas recurrentes que hacer cuando viajas, hay mucho tiempo libre y te da algo que esperar y en lo que centrarte.

Intento escribir todos los días, lo que no siempre ocurre. Mi principal prioridad es dar un buen espectáculo por la noche. Normalmente, estaré en un local sobre las 4 de la tarde y haré una prueba de sonido y todo eso», explica Teitur.

«Es un trabajo duro, pero también son nuevas aventuras cada día. Cuando no estoy de gira, suelo estar en las Islas Feroe, que es una experiencia muy diferente. Hay mucha quietud y mucho tiempo, lo cual es un lujo cuando eres escritor. Tengo una casa y un perro allí. Me gusta el contraste entre los lugares».

Solo hay buena música
¿Qué música te inspira y qué inspira tu música?

«Escucho música porque me hace sentir bien y la entiendo muy bien, pero a diario me inspiran más para crear asuntos que no son música. Cosas cotidianas, conversaciones, descubrimientos, verdades, libros, obras de arte, clima, cosas así: la música es mi producción, pero mis aportaciones provienen de todas partes. Me inspiro en la música y el arte cuando siento que tienen algo que decirme.

Me inspira lo que otros artistas son capaces de expresar con su música en relación con el momento de su vida en que se encuentran. Podría ser alguien que no es músico, de pie en un restaurante, cantando el cumpleaños feliz para su madre: eso también es buena música. Lo que más me interesa es de dónde viene la música, si proviene de un buen lugar. Como los ingredientes de la comida determinan si es buena o no. Y como ocurre con la comida, en realidad solo hay un género: la buena música. No entiendo a la gente que dice que solo le gusta la música rock de guitarras o cosas así. Es como a quien solo le gustan las frutas o las cosas azucaradas. Es alguien que no conoce la comida y no la comprende en toda su extensión».

Parte II: Buen sonido
Obviamente estamos ante algo que le importa mucho a Teitur, quien ha pasado la mayor parte de su edad adulta en el negocio de la música: creando, reflexionando y ejecutando música. ¿Qué es para ti un gran sonido y una gran producción musical?

«Hay aspectos técnicos y aspectos humanos. Todo depende de lo que quieras conseguir, musical, artística y estéticamente. Hay una gran diferencia entre grabar un disco con una banda de rock y grabar un concierto para piano. Creo que lo más importante es saber lo que quieres y debes ser consciente de lo que es posible con los medios a los que tienes acceso», explica Teitur.

«Puede que no tengas presupuesto para utilizar equipos de alta tecnología, o quizá busques algo que no requiera docenas de viejos y caros micrófonos, orquestas de cuerda y pianos de cola Steinway. La producción musical tiene mucho que ver con la preparación, la planificación y la organización. Tienes que prepararlo y planificarlo bien, para saber lo que vas a conseguir, y también quieres anticiparte y dejar espacio para esa magia que se produce cuando la gente toca de forma asombrosa y nace la gran música.

Al final, quieres que la música suene bien y este va a ser siempre el factor más importante. Si una canción o una composición es normal, nunca sonará más que normal, independientemente de cómo la grabes».

Lo que realmente necesitas para las grabaciones de sonido
Teitur explica la importancia de preparar primero el material musical y explorar varias opciones diferentes antes de grabar. De este modo, la sesión de grabación se convertirá en una ejecución, no en un ensayo o descubrimiento del proceso de arreglo.

«Una vez más, tienes que saber lo que quieres y ser consciente de a qué te enfrentas. Considero la grabación de sonido como un proceso técnico bastante básico. Y también es un proceso muy psicológico, en el que quieres que tanto las personas como la música estén en sintonía. Necesitas una gran sala, grandes músicos, equipo de gran calidad y también un gran propósito. Técnicamente, estás capturando el sonido de un instrumento con la ayuda de señales eléctricas y quieres obtener la mejor información y sensación sonoras posible.

Es como si quisieras que tu cámara tuviera tantos píxeles como fuera posible para poder absorber el paisaje con el mayor número de detalles. Después eres libre de manipular, moldear y formar sonidos individuales de la frecuencia que necesites que tengan en tu imagen. También puedes optar por dejar que una figura específica en un micrófono o un músico forme parte del timbre que deseas», continúa Teitur.

«A veces es mejor usar un micrófono distinto en, por ejemplo, un clarinete, que cuatro diferentes. Puede que solo dispongas de un día para mezclar toda la pista y si estás sentado allí con 127 canales en la sesión de mezcla, necesitarás más tiempo y dinero para aprovecharlo al máximo.

De nuevo, depende del tipo de música que estés produciendo. Necesitas un buen equipo para que suene excelente y un gran equipo eléctrico que permita que los datos fluyan con la máxima eficacia. No hay manera de evitarlo. También puedes hacer que suene barato y de mierda si eso es lo que te hace sentir bien contigo mismo artísticamente».

Teitur es conocido por ser audiófilo y amante del vinilo. Le llamo la atención sobre la portada de su álbum Let the Dog Drive Home (2010), que lleva una ilustración de la tumba del CD, nacida en 1982.

¿Cómo ves el conflicto entre estos diferentes formatos de sonido?

«La versión corta es que los CD son de 16 bits. Y son digitales. Siempre es divertido ese proceso final cuando has estado escuchando tu sesión de grabación en la resolución más alta y luego lo simplificas hasta casi nada y dejas que otras personas la escuchen en un formato mucho peor».

El amor por el vinilo
«El vinilo es un formato clásico. Me gusta la idea de una aguja absorbiendo los surcos profundos de una presión perfecta, girando sobre una rueda de gramófono y pasando por un circuito maravillosamente sencillo en mi amplificador Revox de los años 70. Tiene mucha más alma que un CD».

«Pero también es un fetiche. Solo desearía que los CD tuvieran mayor resolución para que el sonido fuera mejor. El CD no es lo suficientemente grande para obtener un sonido de máxima calidad. Tengo dos equipos estéreo realmente estupendos en casa y suenan de maravilla».

«Tengo un amigo que es experto en localizar modelos clásicos de amplificadores, tocadiscos y altavoces, y combinarlos hasta que surge la magia. También intento evitar el uso de las salidas de auriculares en mis ordenadores y iPods, así consigues una mejor distribución digital. Hay formas de evitar el mal sonido.»

Parte III: Creando música
En cuanto a los nuevos formatos: Históricamente, la música siempre se ha alterado, movido y renovado debido a los tiempos cambiantes, las nuevas posibilidades y las grandes mentes musicales innovadoras. ¿Qué futuros giros musicales ves en este contexto?

«Todo este siglo es una nueva era para la música. A mayor escala, los seres humanos están aceptando el hecho de que la música ya no está restringida a un lugar geográfico o a un único acontecimiento.

Imagina la música antes de que se grabara; históricamente, la música grabada es un acontecimiento muy nuevo. La música grabada ha cambiado mucho el papel de la música en la sociedad, porque ahora millones de personas pueden expresarse y escucharlo todo. Es maravilloso. Sin embargo, buena parte de las nuevas innovaciones musicales están siendo oscurecidas por este fenómeno social de compartir y el negocio de la música actual está adaptado a un modelo de negocio que asume que las estrellas del pop están haciendo música de calidad, solo porque la música consigue la atención inmediata de la mayoría de la gente».

La música no es grabarte a ti mismo en el portátil.
«Creo que todo el concepto de valor cambiará en la mayoría de los negocios en los próximos cientos de años, y el negocio de la música e Internet todavía son bebés gateando. Creo que dentro de 500 años, el catálogo musical y la propiedad editorial de John Coltrane valdrán más en la industria musical que las canciones número uno actuales porque su producción musical tiene más calidad, originalidad y sostenibilidad.

Hoy, detrás del telón, se están escribiendo nueva música y obras, lo que lleva la música y el arte a un nivel totalmente diferente. Depende de los compositores y artistas actuales aceptar este nuevo mundo y llegar allí individualmente. La historia de la música no es lo que está ocurriendo con la población de 50 millones de guitarristas que pueden grabarse a sí mismos en sus portátiles. Tal y como yo lo veo, casi todo lo que se crea hoy en día es una especie de música folk que no es más que un manifiesto de dónde estamos como pueblo. Se trata principalmente de tecnología y sociología, no tanto de los fundamentos de la música innovadora del futuro».

Concéntrate, por favor
Nos acercamos al final de nuestra entrevista con Teitur. Aún así, un buen sonido necesita buena música, a pesar de los nuevos formatos emergentes o con su ayuda. Y no va a tener la suerte de escapar sin antes aprender un poco sobre su propio proceso creativo y su propio manifiesto de dónde nos encontramos como pueblo. Recuerdo que una vez, en un retrato cinematográfico realizado en sus islas natales, las Islas Feroe, declaró que escucha la música de forma diferente a como lo hace la mayoría de los oyentes «normales». Para él, nunca es un sonido de fondo. Cuando escucha, escucha de verdad.

«Sí, si quieres saber qué está pasando con la música y qué te hace sentir, debes tener tus sentidos abiertos y debes prestar toda tu atención. Cerrar los ojos es una gran idea cuando escuchas música. Creo que la música es la manifestación artística más abstracta que existe, y la percepción es tan individual que cambia de una persona a otra. Hay cosas básicas que puedes hacer para profundizar en la música. Por eso también son esenciales un buen equipo de sonido y un buen entorno para escuchar».

Componer y escuchar música.
«Cuando se trata de componer, es de suma importancia que estés presente y concentrado en lo que vas a hacer. Necesitas abrir los oídos, tus instintos y las intuiciones de tu cuerpo para que nada se interponga en tu camino. Normalmente, lo que más se interpone en el camino de la escucha son los prejuicios sociales de la gente contra el estilo o el género de los demás, porque el 95 % de la música que escuchan tiene que ser de un estilo concreto que les ayude a definirse personalmente. Hay que escuchar mucho para entender algo que no nos resulta familiar. Y hay una gran diferencia entre escuchar música y simplemente disfrutarla».

Sin embargo, tu expresión es a menudo melancólica, frágil, profundamente personal y quizás incluso tenga un cierto tono nórdico. ¿Has pensado alguna vez en desafiar deliberadamente esta expresión para explorar nuevos terrenos?

«Lo ideal es que cada vez que toques e interpretes explores nuevos terrenos. Y no, nunca lucharía contra mi propia expresión, que por naturaleza suena a mis orígenes y al bagaje que llevo. Tocar música es fluir y tener el control al mismo tiempo. Claro que es bueno desafiarse a uno mismo y lanzarse creativamente, pero considero que mi mayor fortaleza es mi propio tono y sonido. Y, de hecho, es el instrumento que utilizo para expresarme: no es un obstáculo ni algo que deba temer.

Mi principal prioridad como artista y compositor es hacer la música que solo yo puedo hacer, así que cuanto más se parezca a mi música, mejor. Sería una debilidad y un problema creativo si sonara como otra persona. De hecho, cuando los artistas 'exploran nuevos terrenos' y hacen música basándose únicamente en crear lo que nadie ha escuchado antes, puede considerarse incluso como una crisis de identidad o una debilidad, en mi opinión.»

La canción es lo primero.
Tus letras a menudo tratan sobre temas cercanos, universales e íntimos. Amor, relaciones, tus héroes, historias cotidianas, a menudo con un matiz filosófico y, a veces, incluso humorístico. ¿Por qué?

«Como he dicho antes, he elegido hacer la música que solo yo puedo hacer. He llegado a la conclusión de que es lo más valioso que se puede hacer. Mi objetivo es ser generoso y ser yo mismo.

También he aprendido que cantar no es gimnasia vocal: cantar es compartir. Mi punto de partida es la composición y la canción en sí, que por naturaleza gira en torno a la letra y la forma. Cuento las historias que conozco y en el fondo quiero comunicar a los demás mis sentimientos y conocimientos. No me identifico con las canciones que nacen de la casualidad: alguien que simplemente hace riffs y ruido con los miembros de la banda y un cantante al que se le ocurren palabras al azar que suenan bien y le dan a la canción el título de la palabra o frase que más brille. Para mí, eso es andar a tientas en la oscuridad».

La canción perfecta
«Quiero escribir una canción desde cero con pleno control. Con un propósito, un comienzo, un final, una moraleja, información y significado. La canción es lo primero. Ni una melodía, ni una frase molona, ni un sonido que nunca pensé que pudiera hacer. La mayoría de la gente tiene miedo de expresar en una canción lo que realmente siente y piensa, pero no creo que estés contribuyendo realmente a una buena composición a menos que estés dispuesto a luchar, pelear y vencer ese miedo.

«Tocar música, escribir música y letras no es lo mismo, pero todo va de la mano», concluye Teitur.

Sigue a Teitur en: www.teitur.com.

- Rune H. Jensen, rhj@dali.dk.